Para empezar acudo al D.R.A.E. para ver el significado:



(Del fr. carrousel)

1. m. Espectáculo en que varios jinetes ejecutan vistosas evoluciones.

2. m. tiovivo.



Las dos definiciones están muy relacionadas, ya que el tal espectáculo es al parecer el origen del tiovivo.



La palabra carrousel, del francés, deriva a su vez de carosela (italiano), y ésta de kurradj (árabe).



Lo que no termina de convencerme acerca de la historia que sobre esto he encontrado, es que al parecer la palabra carosela, o garosela, de la que según algunos deriva ‘carrusel‘, no aparece con significado asociado, lo más

parecido es ‘carosella‘ en italiano, que no tiene absolutamente nada que ver con esto.

Lo que encuentro es que tal vez la historia que se cuenta no es del todo cierta.



Cuando miro en el diccionario etimológico, encuentro que carosela deriva de kurradj, y no al revés, como pretenden algunos (ahora veremos de qué hablo).



El kurradj este es un juego al que nuestros cruzados italianos y españoles veían jugar a árabes y turcos allá por el 1100. Era un juego para niños, pero estos se lo tomaban muy en serio. Y dicen, a saber en qué se basan, que por el modo en que jugaban, los cruzados se referían al juego como ‘un poco guerra’, expresión que de algún modo estaría relacionada con la palabra carosela o garosela.



Lo que decía, que el diccionario etimológico dice que carosela deriva de kurradj, y no que sea un término made in Italia para referirse a ‘un poco guerra’…



en fin… prosigamos…



Sea como sea, los cruzados se llevan el juego dichoso a Europa, donde funciona como una demostración lujosa y extravagante de las habilidades y la destreza de los jinetes. Un juego de equitación para ricos, y es la lengua francesa quien le da el nombre de carrusel (carrousel).



¿a que es contradictorio? Yo diría que la lengua francesa lo adapta y punto, ¿acaso no venían ya los italianos llamándole carosela?



… prosigamos…



Antiguamente el tiovivo consistía en un poste macizo, una viga, en vertical, que terminaba en un eje formado por dos tablas iguales en cruz, y que giran sobre dicho eje.

Los caballitos, de cartón, estarían colgados en los extremos de las tablas.

El juego consistía en, montando uno de esos caballos, introducir un palo (antes una lanza) en un aro colocado en otro poste, o que el dueño del dispositivo sostenía en la mano o lo que fuese…



Anteriormente, cuando aún era un juego de destreza, casi exclusivo para entretener a la nobleza, se hablaba del ‘toque de lanza’, que consistía en eso, en girar montando el caballito, y tenías que conseguir introducir la lanza en la anilla, que estaba colgada de la rama de un árbol o de un poste, sujeta con cintas de colorines. El ‘toque de lanza’ se llega a considerar un deporte, incluso un arte.



Probablemente el nacimiento del tiovivo que hoy conocemos, data del siglo XVIII, a manos de los franceses, que crean un dispositivo que consistía en unos cuantos caballos esculpidos, y en unos carros que pendían por cadenas de los radios del eje central. Su finalidad era entrenamiento de jóvenes nobles en el deporte del toque de lanza.

Antes de finalizar el siglo, los tiovivos se habían extendido por toda Europa, ya se construían con el único fin de divertir y entretener. Eran pequeños y ligeros, para favorecer su movilidad: la energía para el movimiento giratorio venía de criados, mulas o caballos, hasta que se aplica a estos aparatos el motor de vapor (a partir de 1870), entonces fueron posibles los complejos y pesados dispositivos que se nos vienen a la cabeza al pensar en un tiovivo.



En América, con Gustav Dentzel como pionero, el tiovivo tiene un gran éxito, muchos fueron los que se dedicaron a tallar animales y carros para los tiovivos americanos, compitiendo en originalidad, colorido, etc, y dando origen a los tiovivos más artísticos: los más bonitos, más grandes, más ricos en detalles, mejor tallados, más elaborados, etc.



Al final del s. XIX el tiovivo tenía un éxito abrumador, brilló desde 1880 hasta 1930, en que declina tremendamente afectado por la depresión, como todos los negocios. El declive conllevó la desaparición de muchos carruseles, otros fueron abandonados…